Rincón Científico

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jueves, 18 de febrero de 2010

EL PRIMER DIA DE CLASES: UN EVENTO EN LA VIDA DEL NIÑO

La forma en que el menor reaccione este día dependerá de su personalidad y experiencia previa. Para los que no han asistido al jardín infantil puede ser difícil separarse de los padres por primera vez. La psicóloga Tania Donoso entrega recomendaciones sobre como preparar a los hijos para esta fecha.

Marina entró a los 4 años a pre kinder. En su primer día de clases sintió una mezcla de susto y entusiasmo. "Estaba embalada desde la compra del uniforme, pero también tenía miedo", cuenta su madre Valeria (36). Para Marina la entrada a la escuela no fue tan angustiosa como el ingreso al jardín infantil. "Entonces era la primera vez que nos separábamos y lloró tanto que tuve que tomar días administrativos para quedarme afuera esperando por si algo pasaba", explica Valeria.

El primer día de clases es un hito en la vida del niño que se siente grande porque empieza el colegio donde aprenderá a leer y escribir. Sin embargo, se trata de una situación nueva que lo puede asustar. Entonces es común ver escenas de llanto desesperado y de padres que no saben si irse con sentimientos de culpa o quedarse hasta que el retoño deje de llorar.

"La mejor forma de prepararlos ante la entrada a clases es contándoles lo que va a pasar y entusiasmándolos los días previos", explica la psicóloga y académica de la escuela de Psicología de la Universidad de Chile, Tania Donoso. Hay que enfatizar que el niño ya está grande y que en la escuela va a aprender cosas nuevas y encontrar amigos.

Para ayudarlo se le puede contar como fue para el papá o la mamá entrar a clases, o para sus hermanos mayores si los tiene. También se le puede entusiasmar comprando el uniforme juntos o usando algunos de los útiles adquiridos, por ejemplo, pintando con los lápices de colores.

Los niños enfrentan su primer día de clases de distintas formas dependiendo de factores como su temperamento y experiencia previa. Es más fácil para pequeños que han asistido al jardín infantil o han estado expuestos a diferentes ambientes sociales y están acostumbrados a enfrentar distintas situaciones. Si se trata de un hijo único que nunca ha ido al jardín, le puede resultar más difícil separarse de los progenitores. "Se le puede decir que para él va a ser más entretenido jugar con niños de su edad que seguir jugando con la mamá o el papá", señala la psicóloga Donoso.

El día de entrada a clases hay que estar tranquilos y demostrar empatía. Uno puede calmar sus temores diciéndole: "yo sé qué es difícil porque no conoces a nadie, pero las profesoras te van a cuidar y pronto vas a tener muchos amigos.", indica Tania Donoso.

Si llora desesperadamente hay que consolarlo un momento pero sobretodo darle tranquilidad con una actitud serena. Luego anunciarle que lo vendrán a buscar al término de la jornada e irse. "Si no existe una rutina establecida por el colegio de que los papás se queden con sus hijos, es mejor irse cuando los demás padres se van", explica la psicóloga. "Si uno se queda, a la angustia de la separación se suma la vergüenza que al niño le produce que sus compañeros lo vean llorar", agrega.

Cuando termina el primer día hay que mostrarse interesados por lo que el niño hizo y seguirlo reforzando positivamente. Decirle por ejemplo, "qué lindo lo que pintaste, mañana vas a aprender otras cosas bonitas". Al día siguiente, y durante el resto de la semana, hay que mantener la actitud positiva y de calma cuando se lo va a dejar. El período de adaptación suele durar una semana, con una eventual recaída el lunes siguiente tras el fin de semana con los padres. Si a las dos semanas el niño continúa con llantos, se trata de problemas más serios de angustia de separación, por lo que es recomendable consultar a un psicólogo, explica Tania Donoso.

¿Cómo Elegir un Jardin o Sala Cuna?


Se considera sala cuna y jardín infantil a todo establecimiento que reciba durante el día a niños y niñas desde los 84 días hasta la edad de su ingreso a la Educación General Básica y les proporcione atención integral que comprenda alimentación adecuada y educación correspondiente a su edad.

Los jardines infantiles están divididos en diferentes niveles, según la edad que tengan los párvulos:

Sala Cuna:

  • menor – desde los 84 días hasta 1 año
  • mayor – desde 1 año hasta 2 años

Medio:

  • menor – desde los 2 años hasta los 3 años
  • mayor – desde los 3 años hasta los 4 años

Transición:

  • primer nivel (prekínder) – desde los 4 años hasta los 5 años
  • segundo nivel (kínder) – desde los 5 años hasta los 6 años
En este nivel, los niños comienzan a asistir a escuela municipalizadas o a colegios.

Mamá y papá, para elegir un jardín infantil o sala cuna debes considerar:

La infraestructura

Es importante poner atención en la iluminación, los servicios de higiene, la calefacción del recinto, el sistema de ventilación, los patios y las condiciones de seguridad para los párvulos.

El equipamiento y el material didáctico

Las aulas y espacios educativos deben ser acogedores, decorados y que se encuentren a la altura de los párvulos. Además, debe existir material didáctico seguro y suficiente que estimule todas las áreas de desarrollo y crecimiento de los niños.

El personal

El jardín debe contar con una directora, educadoras, técnicos de aula, manipuladora de alimentos y auxiliar de servicios menores. El establecimiento educacional podrá contar, además, con nutricionistas, enfermeras, pediatras, sicólogos u otros profesionales. Los padres pueden y deben solicitar al establecimiento los documentos que certifiquen los títulos y estudios correspondientes del personal.

El proyecto educativo

Éste debe contemplar la misión del establecimiento, sus objetivos y metas, sus normas y organización, un sistema de evaluación de aprendizaje de los párvulos y la participación de la familia, la cual es fundamental en el proceso de crecimiento del niño y la niña.

Empadronamiento

En caso de que el jardín infantil o la sala cuna sean privados, los padres deberán solicitar el empadronamiento del establecimiento, a fin de garantizar la calidad del servicio que recibirán los párvulos.

Ver certificado de empadronamiento aquí

Mamá y Papá
JUNJI quiere entregarte algunos consejos para que tu hijo o hija entre feliz y seguro al jardín infantil.

  • Considere que cada niño o niña es diferente y que su proceso de adaptación puede ser más lento de lo esperado. Su hijo o hija puede reaccionar de distintas maneras frente al ingreso al jardín.
  • Póngase en el lugar del niño o niña y acoja sus sentimientos. Él o ella se sentirán más tranquilos si sienten que usted entiende su pena, su angustia y también su alegría.
  • Es fundamental establecer un buen vínculo con el personal que trabajo en el jardín infantil. Debemos darles a conocer características importantes del niño o niña.
  • El que la educadora y las técnicas lo conozcan beneficiará su proceso de adaptación, sobre todo si tiene algún problema de salud que requiera un mayor atención.
  • Visite el jardín infantil con su hijo o hija unos días antes del primer día de actividades para familiarizarse con las instalaciones y el personal. Eso le dará la oportunidad de identificar más rápidamente el lugar y las personas. Recuerde que el jardín es un lugar abierto para las familias.
  • Infórmese sobre qué actividades realizará su hijo o hija, cómo funciona el jardín infantil, quiénes trabajan en él y cuál es la función de cada uno de ellos.
  • Comuníqueles a las educadoras y las técnicas sus inquietudes, dificultades o sugerencias.
  • Converse con su hijo sobre el jardín, explíquele que en él podrá aprender y conocer a otros niños y niñas con quienes jugar.
  • Al entrar al jardín infantil muchos niños y niñas sienten algo de tristeza por salir del hogar, dígale que estará algunas horas en el jardín y que pronto lo irá a buscar para llevarlo a casa.
  • Permita que su hijo o hija lleve al jardín un objeto con el que tenga un vínculo afectivo, como por ejemplo, su juguete preferido o su tuto.
  • Si su niño ya ha ido al jardín, o bien, si va por primera vez, ayúdele a adaptarse al cambio ordenándole su horario. Establezca las horas de levantarse, de vestirse, de ir al jardín, de jugar y de dormir. El tener horario también beneficiará a la familia.
  • Cada vez que converse con su hijo o hija, hágalo de manera cálida, inclínese para mirarlo a los ojos y use un tono de voz suave.

BUEN TRATO: UN DESAFÍO DESDE LA INFANCIA

El Buen Trato constituye una prioridad institucional para JUNJI quien ha asumido como principio fundamental que la educación de calidad sólo es posible en la medida que nuestros niños y niñas experimenten aprendizajes sustentados en relaciones de cariño, cuidado y protección.

El énfasis que JUNJI le ha dado al Buen Trato es abordado desde el área de Recursos Humanos y a través de las Unidades de Protección y Buen trato a lo largo del país, las que han sido creadas con la finalidad de generar y coordinar acciones dirigidas a la promoción del buen trato, prevención del maltrato infantil, e intervención en situaciones de maltrato que afecten a niñas y niños que asisten a nuestros jardines.

¿Qué es el Buen Trato?

Ser bien tratados es un derecho de los niños y las niñas por el simple hecho de existir, y este derecho debe ser respetado tanto por padres, cuidadores como por el conjunto de la comunidad.

El punto de partida de los Buenos Tratos hacia la infancia consiste en responder correctamente a las necesidades infantiles de cuidado, protección, educación, respeto, empatía y apego. El Buen Trato se desarrolla, se aprende y es un proceso que debe iniciarse en la infancia. La importancia de recibir buenos tratos en edades tempranas favorece el desarrollo socio-afectivo sano y futuros aprendizajes.

Para hablar de buen trato en las relaciones, no es suficiente la ausencia de acciones o situaciones de maltrato, sino desarrollar una manera de ser y actuar basada en el profundo respeto hacia la dignidad de los otros, que se expresa en el contacto, conversaciones, cercanía y cariño que promueven un sentimiento mutuo de respeto y valoración. Por sobre todas las cosas, el buen trato implica reconocer a quien tenemos al frente como un ser legítimo, un semejante.

Esta forma de relación genera bienestar entre quienes interactúan, formando una base que favorece el crecimiento y el desarrollo personal. Para su logro es fundamental actuar con empatía, es decir, ponerse en el lugar de la otra persona.

El buen trato entonces, es un modelo que transmite una forma particular de ver la vida y las relaciones entre las personas. Debemos tener presente que esta conducta no requiere de actos heroicos, sino que se va construyendo en lo cotidiano a través de miles de pequeños gestos de cuidado, consideración y atención hacia uno mismo y los demás.

Claves del Buen Trato

Si queremos desarrollar el Buen Trato en nuestras vidas, podemos tomar como punto de partida estas cinco claves:

Reconocimiento: Es importante “Darse cuenta” de que el otro existe y tiene características, intereses, necesidades, y formas de expresión tan importantes como las nuestras.

Empatía: Es necesario ponerse en el lugar de las otras personas para comprender qué sienten, cómo piensan y por qué actúan como lo hacen.

Comunicación Efectiva: Es dialogar, intercambiar ideas, saber escuchar y comprender sin juzgar al otro.

Interacción Igualitaria: Es comprender y hacer uso adecuado de las jerarquías y el poder en la relaciones humanas. Por ejemplo, los adultos generalmente tenemos una posición de autoridad frente a los niños y niñas, pero esto no quiere decir que seamos más importantes que ellos, sino que por nuestra experiencia de vida tenemos la responsabilidad de orientarlos, y velar porque se respeten sus condiciones de seguridad y bienestar.

Negociación: Se entiende como la capacidad de resolver conflictos cautelando que todas las partes queden satisfechas. Cuando negociamos no hay vencedores ni vencidos.


Recuerda que Buen Trato no significa:

  • Darse por entero y olvidarse de sí mismo. Es importante no perder de vista que el buen trato parte con uno mismo y no se trata de postergarse ó permitir que te pasen a llevar.
  • Querer a todo el mundo o llevarse bien con todos: Es imposible de cumplir. Los seres humanos somos todos diferentes y lo importante es mantener el respeto en las relaciones.
  • Nunca enojarse: El buen trato no implica estar siempre con una sonrisa dibujada en el rostro. La persona que trata bien no es santo ó superhéroe. Puede sentir rabia pero no busca ofender.
  • Nunca entrar en conflicto: Evitar los conflictos no los hace desaparecer. El buen trato supone el cuidado de las relaciones. No reconocer los conflictos lleva a acumular malestar con la posibilidad de dañar las relaciones con los demás.
  • Confiar en todo el mundo: No se trata de creer ciegamente en la bondad y buenas intenciones de todo el mundo.
  • Ver sólo el lado bueno de la vida: El buen trato no implica ingenuidad, sino una mirada realista para reconocer momentos felices, pero también los difíciles.

El Buen Trato no es una opción ingenua e idealista, es posible de ser puesta en práctica en el mundo, en nuestro país, nuestra región, nuestro barrio, en jardines infantiles y al interior de las familias.

EL PODER DE LA EMPATÍA CON NIÑOS Y NIÑAS

Acá una nota hecha por la JUNJI sobre la empatía en niños preescolares.

A poco tiempo de finalizada la campaña lanzada por JUNJI para la promoción del buen trato hacia niños y niñas, recordar su mensaje central es clave para comenzar a hablar de la importancia de la empatía.

“Niños y niñas piensan en grande ponte a su altura” es el mensaje que mejor refleja el significado de la palabra empatía, que en términos simples se refiere a la capacidad que tenemos los seres humanos para ponernos en el lugar de las demás personas y para entender el mundo tal como es visto y vivido por ellos (as).

Y cuando se piensa en la labor de educar, cuidar y criar a niños y niñas por parte de los adultos, sean estos padres, madres, familiares o educadoras (es), descubrir el valor de la empatía resulta un verdadero tesoro.

La empatía es una condición básica e indispensable para comprender a niños y niñas. Cuando los niños y niñas se sienten comprendidos es posible pensar que los adultos que los cuidan se conectan empáticamente con ellos (as). Por el contrario, si esta conexión no se produce, es muy probable que los pequeños (as) experimenten un sentimiento de incomprensión, que provocará distancia en la vinculación afectiva que mantienen con los adultos.

¿Para qué buscar los por qué?

Buscar los por qué cuando un niño o niña se comporta “mal” tiene un profundo significado acusatorio que puede generar sentimientos de incomodidad y culpa. Es como que el adulto estuviese comunicando el mensaje “no me gusta ni tu conducta ni tus razones”.

Al preguntar por qué, se debiese tener la intención de ir más allá de la conducta observada, algo así como, intentar ver bajo el agua.

Un ejemplo. Si se le dice a un niño (a) ¿por qué no come?, se debiese estar dispuesto a aceptar sus razones, como la respuesta “porque no tengo hambre” o “porque no me gusta la comida”. En muchas ocasiones, cuando un niño o niña hace una acción que no le gusta a los adultos, está motivado(a) por una profunda emoción que ni siquiera conoce bien.

Sólo se puede ser empático con alguien, si se entiende que sus sentimientos y emociones son tas respetables como las propias, aunque sean diferentes.

Cómo desarrollar la empatía con niños y niñas

• Conectándose con las emociones y no solo con las acciones

• Poniendo palabras a las emociones que el niño o niña está expresando. Por ejemplo, diciéndole “estás enojado porque perdiste en el juego…”

• Conectándose con los niños y niñas cuando están contentos. Así no pensarán que los adultos se acercan solamente cuando están tristes o se han portado mal.

• Mostrando respeto y cuidado por los sentimientos de niños y niñas. Si se sienten burlados o ridiculizados por actitudes de los adultos se sentirán muy desvalorizados, lo que afectará gravemente su autoestima.

• Contándole cuentos y deteniéndose en hablar de las emociones de los personajes. Por ejemplo, si le cuentas “El patio feo”, es muy importante hablarle de la tristeza que sentía el patito cuando era rechazado y lo feliz que fue cuando se sintió aceptado. Una historia como esta ayuda mucho a las niñas y niños pequeños a entender el mundo emocional de las demás personas.

• No exigirles demasiadas explicaciones cuando hacen algo que no agrada. Hacerlo es hostilizarles. Es necesario recordar que los pequeños (as) debido a su etapa de desarrollo son impulsivos y muy lentamente aprenderán a autocontrolarse. Un exceso de presión podría hacerles mentir o sentirse humillados. Por ejemplo, si botó su comida, luego que se haya calmado, será necesario pedirle que ayude a limpiar.

!!! Dos ideas clave para recordar !!!

Sentirse comprendido da una sensación de mucha seguridad, sobretodo cuando los niños y niñas se sienten confundidos.

La mente de los niños y niñas trabaja y funciona diferente a la de los adultos. Ellos sienten el paso del tiempo de un modo distinto. Y para qué hablar de su percepción del mundo. Basta decir que lo ven a su altura. Y nosotros debiésemos hacer el esfuerzo permanente para ponernos en sus zapatos. Con todo el peso que la metáfora tiene.